El error más común es pensar que una comunicación «orientada a la marca» es exclusiva de grandes empresas que ofrecen bienes ampliamente utilizados a gran escala. Los gigantes de la B2C (Business-to-Consumer / negocio a consumidor) son los únicos capaces de invertir un gran capital en la comunicación.
Si así fuera, la marca no podría tener aplicación en un tejido económico como el mexicano donde el 99,5% de las empresas tienen menos de 50 empleados.
¿Qué pasa si lo contrario es cierto? ¿O por qué casi todos los las empresas mexicanas no se conocen realmente porque continúa comunicándose enfocadas en el producto y sin marca?
Una estrategia de comunicación orientada a la marca es de hecho, la clave del éxito precisamente para empresas que no tienen gran capital para invertir en acciones de publicidad masiva. Ahí está la fórmula de supervivencia, incluso antes del éxito, para nuestro tejido empresarial en defensa de su enorme «saber hacer», hasta la fecha en riesgo, por la facilidad de imitación de productos y servicios de mercados apalancados del precio como ventaja.
Esta es la misión de Ikonos Web: diseñar una estrategia de marca para que pequeñas y medianas empresas puedan enfrentarse a un mercado cada vez más difícil y competitivo.
¿Producto o marca?
Hasta la fecha, la mayoría de las inversiones de la compañía están reservados para la innovación de productos. Este enfoque termina dejando las empresas a merced de una competencia que, explotando el trabajo de investigación, ofrecen productos similares al mercado a un precio inferior.
Este problema subyace a un enfoque que ve su estrategia de negocios enfocada solo en las características técnicas: imitable, no identidad y superación en el tiempo.
La marca capitaliza las inversiones en innovación. Esta es la razón porque empresas que eligen una marca están menos expuestas a los peligros de competencia como imitación, guerra de precios, le crisis y cambios socio económicos.
La marca es el factor clave porque promueve un algo que solo tienes: tu identidad.
¿B2B o B2C?
Sucede cada vez que comenzamos un nuevo camino:
La distinción por parte del cliente entre el mercado de bienes de consumo B2C y B2B.
El B2B (Business to business / negocio a negocio) se refiere a las empresas cuyos clientes no son consumidores finales sino otros empresas productoras de bienes o servicios.
Lo que a menudo se pasa por alto es que «no importa cuántas «B» puedes poner al final siempre encontrarás una «C» (consumidor). Incluso en B2B hablamos con personas, no con corporativos o razones sociales y esta es la razón de la que una estrategia de marca permite lograr un mayor retorno de la inversión y mejores resultados en comunicación.
Muchas empresas cometen el error de identificarse con «lo que hacen». Son negocios que terminan por ser desconocidos o, en el mejor de los casos, conocidos por un producto. Otro error común es el de no tener una identidad visual a nivel de inversiones hechos y posicionamiento obtenidos. El resultado es dispersar el valor invertido.
Gracias a una estrategia de marca será más fácil mejorar sus productos o servicios, defenderse de amenaza de mercados emergentes, cada vez más agresivos en precio, y tener una continuidad de elección de sus clientes además de un potencial mayor para obtener nuevos clientes que desean vivir un mundo de valor y no una negociación agotadora que no reconoce ningún valor.